Cobalto 60 | No sólo Chernobyl, en los 80 mexicanos estuvieron expuestos a radiación
Mexicanos estuvieron expuestos a altos niveles de radiación en 1983; Los desechos se enterraron en Hidalgo, Edomex y Sinaloa
La serie Chernobyl nos ha refrescado la memoria sobre el fatal accidente nuclear ocurrido en abril de 1986, pero quizá no sabías que los mexicanos también estuvieron expuestos a altos niveles de radiación en 1983 y ni se enteraron.
El 6 de diciembre de 1983, Vicente Sotelo Alardín, trabajador de mantenimiento del Centro Médico de Especialidades de Ciudad Juárez, y su amigo Ricardo Hernández desarmaron una bomba de cobalto 60.
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Con ella estaba equipada una máquina de radioterapia abandonada en una bodega del hospital privado y fue llevada al deshuesadero Yonke Fénix para venderla.
Un artículo publicado en Verne relata que la transportaron en su camioneta y en el camino se emitió el material radioactivo por Ciudad Juárez, con base en datos de la Comisión de Seguridad Nuclear y Salvaguardias (CNSNS).
Cobalto 60 | ¿Cuáles fueron las consecuencias de la radiación?
Pero lo peor sucedió cuando el cobalto 60 se mezcló con la demás chatarra en el depósito y fue vendida a fundidoras de Chihuahua para la fabricación de varillas de acero.
Nadie se percató que trataban un material altamente radiactivo.
6 mi toneladas de varilla se comercializaron en 15 estados de México y Estados Unidos.
Hasta 1984 un camión que transportaba los materiales a Nuevo México encendió las alarmas del detector de radiación del Laboratorio Nuclear de los Álamos.
Tras ello la Comisión Reguladora Nuclear y el Departamento de Salud de Texas alertaron a México sobre lo sucedido.
Se inició la investigación que reveló que la principal fuente de radiación era la camioneta de Vicente Sotelo, emitió lo equivalente a 20 mil radiografías.
Las autoridades nunca revelaron las cifras de las víctimas por la radiación de Cobalto 60.
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Pero se subo que quienes sufrieron consecuencias presentaron bajos niveles de glóbulos blancos, vómitos, quemaduras, esterilidad y afectación en el sistema nervioso.
Montaron un operativo de limpieza y los desechos se enterraron en El Vergel, Samalayuca, sobre un acuífero, sin seguir medidas de precaución.
Más varilla se enterró en Hidalgo, el Estado de México y Sinaloa, donde sólo utilizaron plástico y cemento para contener el material radiactivo.
Aquí el informe de la Comisión Nacional de Seguridad Nuclear:
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